Por Enric Fernández
Director de Impulso a la Educación
Universidad Humanitas
“El mercado está en manos de los poderosos,
dicen que el mercado es la libertad, pero a mí me gustaría saber ¿QUÉ LIBERTAD
tiene en el mercado quien va sin un céntimo?”, J. L. Sampedro.
Podríamos
decir que somos libres por tener varias opciones para escoger, sin embargo ¿qué
pasa si estamos limitados económicamente o nos definen instrucciones dentro de
un marco regulatorio?
En
las empresas solemos mecanizar todo: procesos, normas, políticas, metas y
objetivos, entre otros, así que cuando se dan instrucciones, el trabajo se convierte
en algo mecánico infiriendo que somos libres de hacer o no nuestra labor, claro
está, que con el costo de oportunidad que ello implique. Podríamos tomar la decisión
de no hacer la tarea que se nos encomendó, sin embargo perderíamos el empleo y
ello nos afectaría económicamente el bolsillo. Por lo tanto, limitar nuestra
libertad dentro del mercado, es un círculo vicioso que nos sube y baja de
inicio a fin.
Retomando
la frase de J. L. Sampedro, ¿dónde queda la libertad para aquellas personas que
carecen de dinero?, pues si bien, la libertad de cierta manera es tener un sin
fin de opciones para escoger, entre menos dinero, ¿menos opciones? y por ende
¿menor libertad?
Definiendo
la libertad económica, “es un concepto ideológico, aplicado al campo de la
economía de mercado, que proviene del liberalismo económico. En su formulación
clásica, por Adam Smith (1776, La riqueza de las naciones), se justifica por la
concepción del ser humano como un individuo cuya única motivación es huir del
dolor y buscar el placer (hedonismo), lo que le hace conducirse como empujado
por una mano invisible hacia el bien común cuando se le deja en libertad.
La
teoría supone que su actividad económica se decidirá por la producción o el
consumo de aquello que el precio haga más atractivo, guiado por su simple
egoísmo sin interferencias del Estado o de coaliciones de grandes intereses que
impidan el funcionamiento del mercado libre. De esta manera, la abundancia o
escasez de un producto o servicio estimula o retrae su consumo o producción,
obteniéndose de forma espontánea la autorregulación del mercado. Esta
institución del mercado se presume de existencia natural y respondería al libre
juego de la oferta y demanda en libre competencia o competencia perfecta”.*
Ahora
bien, del párrafo anterior y desde una óptica al liberalismo, considerando que
aquéllos que sobreviven son los adaptados a las condiciones de mercado, a
diferencia de las personas que están restringidas en términos económicos,
limitan su subsistencia, así que podría decirse que dentro del mercado: es más
libre quien tiene más recursos. Esto sin considerar la libertad de pensamiento,
como decía M. Gandhi “Mi arma mayor es la plegaria muda”.
Y
qué pasa dentro del mercado cuando alguien gana más, teóricamente estamos
diciendo que sería más libre, pero si esa persona al generar más recursos
propios adquiere mayores responsabilidades: aumentar la familia, incrementar la
adquisición de bienes; esto juega un papel importante, pues llegamos nuevamente
al punto donde se reduce el ingreso de tener una “libertad económica” hacia una
libertad limitada.
Desde
mi punto de vista y reflexionando dentro del ámbito de mercado, parece que la
libertad podría ir a la par de la plenitud en términos de consecución de las
metas y objetivos de las personas buscando un equilibrio, considerando que el
mercado es finito. Un sistema bien planificado nos da certeza y promueve la
justicia social, pero en términos de crecimiento económico, social y cultural,
limita las libertades individuales y sociales.
Una
economía de libre mercado genera inseguridad e incertidumbre futura,
promoviendo desigualdad e injusticia social, generando pobreza; en cambio
otorga tanto libertad individual como social. Claro, teóricamente todo
individuo tiene la libertad de crecer económicamente, pero como se generan relaciones
político-económicas muy complejas, los únicos triunfadores son los que tienen
alguna ventaja en ese campo, sin dejar a un lado que existe una autoridad
central e inercia del mercado.
“El camino hacia la libertad es amargo y
siempre es difícil ser libre”, M. Gorvachov.
*https://es.wikipedia.org/wiki/Libertad_econ%C3%B3mica
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