El lenguaje corporal y algunos consejos
más…
La
entrevista laboral es un paso dentro de un proceso de selección para cubrir un
puesto vacante en una empresa. Es el momento más importante, al que sólo
acceden los candidatos con posibilidades de ser incorporados al puesto vacante,
aunque la entrevista por sí sola no garantiza que sean los candidatos
finalmente elegidos.
Durante
la audiencia con el entrevistador, se lleva a cabo un diálogo con preguntas y
respuestas en el que, tanto el reclutador como el entrevistado, intentarán
resolver sus dudas: el entrevistador se intentará asegurar de que el candidato
es el idóneo para el puesto vacante y el candidato de que el empleo le conviene
e interesa.
Es
en esta etapa donde se requiere dar prioridad al lenguaje corporal, aquello que se transmite por medio de gestos,
movimientos o posturas y de esta manera se expresan sentimientos en relación con
la persona con la que se está interactuando. El lenguaje corporal analiza las emociones que se generan mediante
la expresión facial, el movimiento de ojos, piernas, manos, pies y el cuerpo en
general.
El
tono de Voz. Hablar titubeante revela inseguridad y demuestra que no se
domina el tema del que se está hablando. Si el tono de voz es demasiado bajo, hará
parecer timidez ante el entrevistador y un tono excesivamente alto sugerirá una
personalidad agresiva. Lo recomendable es tratar de utilizar un tono de voz moderado, que se
pueda escuchar con claridad, eso denotará seguridad ante el interlocutor.
La
Sonrisa. Mostrar sonrisas discretas y sinceras durante
la conversación, transmite confianza y buena disposición para dialogar. No es
correcto sonreír demasiado frecuente o demostrar sonrisas forzadas. Por ello es
importante observarse y practicar diferentes sonrisas frente al espejo.
La
Mirada. Una ausencia de contacto
visual da la impresión de aislamiento o no mirar a una persona puede sugerir
que no se simpatiza con ella. En una entrevista de trabajo, se debe mirar a los
ojos del entrevistador, pensar positivo y mantener la confianza, ya que con la
mirada trasmitimos el estado de ánimo. Por el contrario, no es correcto mirar
de manera desafiante, ya que el entrevistador puede llegar a sentirse
intimidado.
Las
Manos. Son herramientas que refuerzan la comunicación. En una
entrevista de trabajo es necesario tener siempre las manos a la vista del
entrevistador y evitar moverlas en exceso. Los dedos entrelazados indican una
postura hostil o de frustración, por ello es recomendable no hacerlo. Hay que
prestar atención al cuidado de las manos, lucirlas cuidadas, uñas limpias,
evitar morderlas o tenerlas excesivamente largas.
En
general, dentro de los detalles corporales que se tienen que cuidar durante una
entrevista son los gestos, no mascar chicle, no morderse las uñas o tocarse
excesivamente el cabello, no poner los codos encima de la mesa del
entrevistador, ni cruzar los brazos (da la apariencia de estar a la defensiva),
no acudir con gafas oscuras, comprobar nuestra apariencia e imagen evitando
ropa llamativa, presentarse bien vestido, limpio, peinado discreto; en el caso
de los hombres, bien afeitados, y de las mujeres, maquillaje sencillo.
La
mayoría de las empresas suele realizar entrevistas para conocer personalmente a
los candidatos que desean incorporarse a su empresa y valorar directamente si
son aptos o no para desarrollar el puesto vacante. Por ello, es importante también
tomar en cuenta los siguientes consejos para superar exitosamente esta etapa.
Antes de la entrevista
Investigar
y conocer todo lo que se pueda respecto a la empresa. Estudiar las aptitudes, la
experiencia y la formación profesional que vas a exponerle al entrevistador. Llevar
el currículum (con excelente redacción y ortografía) y conocerlo perfectamente,
debido a que se basarán en lo que ahí se describa. Realizar una lista de nuestros
puntos débiles y preparar argumentos para defenderlos. Si agendan la citan por
escrito, lo correcto es llamar para confirmar la asistencia, no presentarse
acompañado de otra persona y llegar a tiempo (5 minutos antes). Es muy
importante prepararse para la entrevista, pues el reclutador lo hará también.
Durante la entrevista
Las
primeras impresiones son de gran importancia. Muchos empresarios consideran que
tras haber visto entrar por la puerta a un candidato, observar la forma de dar
la mano y sentarse, son capaces de decidir sobre su valía.
Por
lo tanto, hay que tomar en cuenta que se debe saludar al entrevistador con una
fórmula convencional: Buenas tardes Licenciado Ortiz. Sentarse derecho, no al
borde de la silla (denota inseguridad), ni plácidamente (falta de respeto). Saludar
con un apretón de manos firme y sonriendo, mirándolo a los ojos. No sentarse
hasta que él lo indique. No tutearlo aunque sea una persona joven. Estar atento
a la conversación, no interrumpir y evitar los nervios.
Al
contestar las preguntas del entrevistador, se debe responder clara, brevemente
y con honestidad. Si preguntan sobre el desarrollo profesional, hay que enfatizar
la formación, experiencia y resultado de los trabajos desempeñados. No emplear
palabras rebuscadas, ni responder con evasivas, dudas o monosílabos. Evitar
usar expresiones tajantes "siempre, nunca" o utilizar muletillas
"o sea", "este", "bueno"... Hay que mostrar
entusiasmo por el trabajo, pero sin parecer desesperado. No hablar mal de las
empresas en las que se ha trabajado y no negarse a responder preguntas. En lo
posible, preguntar respecto a las actividades del puesto o de la empresa.
Después de la entrevista
El
seleccionador dará la entrevista por terminada y responderá cualquier duda. Probablemente
proporcionará información sobre lo que pasará después de la entrevista (si
llamará para dar una respuesta). En ocasiones, como continuación a la
entrevista, el reclutador solicitará realizar ciertas pruebas psicométricas. Al
despedirnos, lo correcto es agradecer el tiempo dedicado y estrechar la mano
con firmeza.
Concluida
la cita, lo mejor es hacer un análisis de los resultados, así como anotar
puntos fuertes y débiles, lo cual servirá para próximas entrevistas.
Últimas recomendaciones sobre lo que se
valora positiva y negativamente en una entrevista personal…
Se valora positivamente:
Ser
desenvuelto.
Ser tolerante
al exceso de trabajo.
Ser
agradable.
Ser
tolerante a la tensión.
La
capacidad de organización y planificación.
La
capacidad para resolver problemas y situaciones.
Tener
iniciativa.
Tener
confianza en uno mismo.
Capacidad
de adaptación.
Mostrar
interés por el empleo.
Mostrar
una actitud positiva y de entusiasmo.
Buen
estilo en la conversación.
Apariencia
de madurez.
Se valora negativamente:
Ser
pasivo e indiferente.
Tener
una preparación muy por encima o por debajo del nivel que se exige.
Prestar
poca atención.
Ser
problemático, conflictivo.
Tener
una apariencia descuidada.
Tener
aires de arrogancia o excesiva confianza.
Presentar
nerviosismo, ansiedad, evadirse.
Estar
a la defensiva.
Interesarse
más por el sueldo que por el trabajo.
Dificultad
para comunicarse.
Motivación
poco clara ante el puesto.
Dogmatizar,
responder agresivamente.
Como
pudimos observar, en un proceso de selección es importante no sólo dar una
buena imagen, sino ser muy cuidadoso antes, durante y al final de la
entrevista. Por lo tanto, es indispensable tomar en cuenta todo lo ya
mencionado si queremos tener éxito en cada entrevista laboral.
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