Perspectivas de la Psiquiatría como Especialidad Médica
Los
avances recientes en la psiquiatría son consecuencia del desarrollo de las
neurociencias y del afianzamiento de sus ligas con el resto de la medicina. El
progreso ha sido posible también por el desarrollo de técnicas, métodos e
instrumentos innovadores que han enriquecido el campo de la psiquiatría clínica
y que han permitido apreciar, en su justa dimensión epidemiológica y social, el
impacto de los trastornos mentales. La posibilidad de relacionar cada vez con
más precisión los trastornos mentales con sus bases biológicas ha aumentado en
forma notable. La imagenología, por ejemplo, ha permitido el estudio cada vez
más fino de las estructuras del Sistema Nervioso Central y de su
funcionamiento; en tanto que la genómica y la proteómica están abriendo nuevos
horizontes en relación a la etiología y el tratamiento de algunas de las
principales enfermedades mentales. Los cambios que ha experimentado la
psiquiatría en las últimas décadas son profundos y se expresan en los niveles conceptual,
clínico y asistencial; abarcan desde la genética hasta la psicodinamia, pasan
por la infancia, el ámbito familiar y
social, e inciden en la terapéutica. [Eisenberg
L. The social construction ofthe human brain. Am J Psychiatry
1990;152:1563-1575.]
Los
períodos de hospitalización de los enfermos mentales se han reducido
espectacularmente, y las posibilidades de reintegración a una vida social y
productiva son mejores que nunca antes en la historia. No obstante, todavía hay
mucho camino por recorrer y seguramente los avances científicos y el desarrollo
de nuevos instrumentos técnicos permitirán, en los próximos años, incrementar
la eficacia de las intervenciones de prevención primaria y secundaria. La gran expectativa
sigue siendo la posibilidad de actuar sobre la mente a través del cerebro,
mediante substancias que tengan acciones específicas sobre el pensamiento, la
memoria, el afecto, la sexualidad, el apetito, etcétera, y de influir en forma
selectiva y radicalmente nueva sobre la conducta, los estados de conciencia, el
humor y la memoria. Esta posibilidad aumenta conforme avanzan los conocimientos
sobre las bases moleculares de las funciones mentales. No hay duda de que la
psiquiatría se ha convertido en una disciplina cada vez menos especulativa y
más observante y experimental. Esto no significa que su campo deba reducirse al
conocimiento del cerebro. Es necesario mantener vigentes las dimensiones
psicológica y social para la comprensión cabal y el manejo eficaz de los
enfermos. Pero hay que evaluar con rigor el peso patogénico real de los
diversos factores que condicionan los cuadros clínicos propios de la
psiquiatría y que con frecuencia determinan el éxito de las intervenciones
psiquiátricas.
Tomado de la revista Salud Mental 2014;37:523-530: “La
enseñanza de la Psiquiatría en México”.
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