lunes, 29 de junio de 2015

La libertad y el mercado

Por Enric Fernández
Director de Impulso a la Educación
Universidad Humanitas


























“El mercado está en manos de los poderosos, dicen que el mercado es la libertad, pero a mí me gustaría saber ¿QUÉ LIBERTAD tiene en el mercado quien va sin un céntimo?”, J. L. Sampedro.

Podríamos decir que somos libres por tener varias opciones para escoger, sin embargo ¿qué pasa si estamos limitados económicamente o nos definen instrucciones dentro de un marco regulatorio?

En las empresas solemos mecanizar todo: procesos, normas, políticas, metas y objetivos, entre otros, así que cuando se dan instrucciones, el trabajo se convierte en algo mecánico infiriendo que somos libres de hacer o no nuestra labor, claro está, que con el costo de oportunidad que ello implique. Podríamos tomar la decisión de no hacer la tarea que se nos encomendó, sin embargo perderíamos el empleo y ello nos afectaría económicamente el bolsillo. Por lo tanto, limitar nuestra libertad dentro del mercado, es un círculo vicioso que nos sube y baja de inicio a fin.

Retomando la frase de J. L. Sampedro, ¿dónde queda la libertad para aquellas personas que carecen de dinero?, pues si bien, la libertad de cierta manera es tener un sin fin de opciones para escoger, entre menos dinero, ¿menos opciones? y por ende ¿menor libertad?

Definiendo la libertad económica, “es un concepto ideológico, aplicado al campo de la economía de mercado, que proviene del liberalismo económico. En su formulación clásica, por Adam Smith (1776, La riqueza de las naciones), se justifica por la concepción del ser humano como un individuo cuya única motivación es huir del dolor y buscar el placer (hedonismo), lo que le hace conducirse como empujado por una mano invisible hacia el bien común cuando se le deja en libertad.

La teoría supone que su actividad económica se decidirá por la producción o el consumo de aquello que el precio haga más atractivo, guiado por su simple egoísmo sin interferencias del Estado o de coaliciones de grandes intereses que impidan el funcionamiento del mercado libre. De esta manera, la abundancia o escasez de un producto o servicio estimula o retrae su consumo o producción, obteniéndose de forma espontánea la autorregulación del mercado. Esta institución del mercado se presume de existencia natural y respondería al libre juego de la oferta y demanda en libre competencia o competencia perfecta”.*

Ahora bien, del párrafo anterior y desde una óptica al liberalismo, considerando que aquéllos que sobreviven son los adaptados a las condiciones de mercado, a diferencia de las personas que están restringidas en términos económicos, limitan su subsistencia, así que podría decirse que dentro del mercado: es más libre quien tiene más recursos. Esto sin considerar la libertad de pensamiento, como decía M. Gandhi “Mi arma mayor es la plegaria muda”.

Y qué pasa dentro del mercado cuando alguien gana más, teóricamente estamos diciendo que sería más libre, pero si esa persona al generar más recursos propios adquiere mayores responsabilidades: aumentar la familia, incrementar la adquisición de bienes; esto juega un papel importante, pues llegamos nuevamente al punto donde se reduce el ingreso de tener una “libertad económica” hacia una libertad limitada. 

Desde mi punto de vista y reflexionando dentro del ámbito de mercado, parece que la libertad podría ir a la par de la plenitud en términos de consecución de las metas y objetivos de las personas buscando un equilibrio, considerando que el mercado es finito. Un sistema bien planificado nos da certeza y promueve la justicia social, pero en términos de crecimiento económico, social y cultural, limita las libertades individuales y sociales.

Una economía de libre mercado genera inseguridad e incertidumbre futura, promoviendo desigualdad e injusticia social, generando pobreza; en cambio otorga tanto libertad individual como social. Claro, teóricamente todo individuo tiene la libertad de crecer económicamente, pero como se generan relaciones político-económicas muy complejas, los únicos triunfadores son los que tienen alguna ventaja en ese campo, sin dejar a un lado que existe una autoridad central e inercia del mercado.


“El camino hacia la libertad es amargo y siempre es difícil ser libre”, M. Gorvachov.






*https://es.wikipedia.org/wiki/Libertad_econ%C3%B3mica

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