jueves, 23 de julio de 2015

Hablando de trabajo…

Conoce más acerca del “Burnout”


Perder interés, tener problemas de salud e irritabilidad son síntomas del ‘burnout’, un mal común; los horarios extendidos y la presión excesiva por dar resultados detonan el desgaste ocupacional.

Sentirse agotado, deprimido e incapaz de hacer el trabajo diario son señales de un desgaste profesional, que puede convertirse en burnout (quemado), un problema relacionado con ambientes laborales altamente competitivos, largas jornadas y estrés.

Durante años se pensó que este problema era un hecho natural, vinculado en especial a ciertas profesiones como la enfermería y la docencia. Hoy es diferente. Este problema no distingue actividad, ni escalas en la organización. Si hay un esquema de supervisión excesiva, combinado con poco respeto laboral o miedo a perder el trabajo,  el resultado es sentirse exhausto, quemado.

El desgaste ocupacional se observa, en mayor medida, entre adultos de 25 a 40 años, refiere el estudio ‘Desarrollo de la Escala Mexicana de Desgaste Ocupacional' (EMEDO), realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entre más de 500 profesionistas. 100% de los que presentaron la prueba registraron algún grado de estrés y 60% estaba en niveles altos y daños físicos.

De los entrevistados, 45% se desempeña en la iniciativa privada, 36% en el sector público y 20% es independiente. 27.5% ocupa mandos medios, mientras que 5.9% son ejecutivos.

Las jornadas excesivas son uno de los detonantes del estrés crónico y bajo rendimiento. Cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) refieren que en México se trabaja 500 horas más que el promedio en Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Chile y Canadá.

El mexicano labora 2,250 horas anuales, mientras que el resto de las naciones de la OCDE oscila en 1,776 horas al año. Los estudios de la OCDE revelan que 29% de los profesionistas con empleo remunerado dice tener un horario laboral excesivo.

Siete señales de que estás "quemado"
El desgaste ocupacional presenta diferentes etapas. Estos son algunos síntomas de que el empleado está próximo a un síndrome burnout:

1. Cansancio al límite. Sentirse exhausto todo el tiempo es la primera señal de alarma, se experimenta agotamiento físico y mental.
2. Hacer ¿qué? Cuando se padece estrés crónico es común que las habilidades cognitivas se afecten. Mínima concentración, dificultad para tomar decisiones u olvidos recurrentes son síntomas comunes.
3. Del estrés a sentirse mal. Sufrir agotamiento laboral desencadena problemas de salud física como insomnio, trastornos digestivos y un bajo sistema inmune. Además, un ritmo de trabajo agobiante se asocia con hábitos como beber alcohol, mala alimentación y poca actividad física.
4. Poco interés. ¿Te cuesta levantarte cada día para ir a la oficina e incluso te enfermas? La falta de entusiasmo respecto al trabajo es una señal característica del burnout.
5. Irritabilidad. El burnout puede provocar diversos comportamientos negativos, como tener frustración, negatividad, cinismo y cambios frecuentes de humor dentro y fuera del trabajo.
6. Baja productividad. Una medida para saber si tu desempeño "va en picada" es comparar el rendimiento actual con el que tenías al poco tiempo de iniciar ese trabajo, ¿hay una diferencia importante? Cuando el trabajo comienza a desesperar es común que la calidad de las entregas sea deficiente.
7. Escasa vida social. Cuando las personas viven para trabajar es común que dediquen cada vez menos tiempo a su vida social y a sí mismas.

¿Soy una víctima?
El burnout se extiende en muchas profesiones, pero no todo cansancio laboral es síndrome de "quemado". Hay que distinguir entre tener un mal día, o temporada, y un estado crónico de cansancio, irritabilidad y males físicos. Un investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, Jesús Uribe Prado, señala que todos los empleos manejan un nivel de estrés y es "ilógico" pensar en renunciar porque el jefe pide trabajar unas horas más o te llaman la atención.

El escenario se complica cuando el estado de tensión y desánimo se convierte en crónico; esto significa que el empleado refiere sentirse mal con el solo hecho de ir al trabajo, y manifiesta poco o nulo respeto a su empleo. Son personas que, incluso, comienzan a tener una mala relación con quienes consideraba "amigos" dentro del equipo de trabajo.

Ante un escenario de burnout, la persona empieza por agotamiento emocional y físico, quiere dormir más horas y disminuye su productividad. El siguiente paso es expresar indiferencia por los resultados laborales, siendo poco paciente y social con los demás.

Si existen señales de estar "quemado", el empleado debe valorar si es la empresa y su esquema lo que "asfixia" o si él o ella están concentrando más esfuerzo del necesario en la oficina. Es necesario priorizar e identificar cuando la carga de trabajo rebasa por mucho tiempo y no hay señales de que eso cambiará.

Alternar actividades que disfrutes (como un taller o practicar un deporte) con el trabajo es otra opción para recuperar el entusiasmo y evitar un problema de agotamiento, indica el portal laboral. Adicional a esas medidas diarias, es importante evaluar si es el momento de un nuevo proyecto que represente más satisfacción profesional, sin olvidar que un problema con el jefe no debe ser motivo inmediato de renuncia.



Artículo tomado del portal CNNExpansión. 

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